Justo cuando los dos hombres se sentían extraños, otras dos figuras aparecieron al final de la calle.
También eran un viejo y un joven. Pero, en comparación con la pareja anterior, el viejo parecía lleno de confianza yel joven sacudía la cabeza con impotencia mientras suspiraba. La presencia de Gerian siempre parecía llevar consigo un cierto sentido del humor. El tipo le gritó al viejo Merlín desdeladistancia,antes de entrar en la plaza: —Buenos días, Matthew. Estabas demasiado asustado como para dormir esta noche, ¿verdad? Mira quéojeras...
—... —La mitad de los líderes de las fuerzas que estaban en la tribuna se desmayaron en el acto. ¿Podía el viejo ser más arrogante y desmedido?
—Gerian, eres como una mosca. —La cara del viejo Merlín estaba lívida. Le lanzó una mirada fría a Gerian y caminó directamente hacia la tribuna temporal.
