La columna vertebral del Titán se cortó verticalmente en dos mitades, rodeando la Plaza de los Esqueletos y convirtiéndose en los muros de la Fortaleza del Frente Negro. El enorme cráneo del Titán estaba sostenido por dos costillas más cortas, con la mandíbula incrustada en el suelo de la Plaza de los Esqueletos, como si estuviera rugiendo. Era la entrada y salida de la fortaleza.