Si bien todo esto parecía una larga historia, la verdad era que había sucedido en un instante.
En ese instante, 10 Guardianes de la Mala Suerte habían cambiado.
La tinta azul cielo se filtró y provocó un cambio de 180 grados: la ola mágica única del Guardián de la Mala Suerte parecía haber desaparecido repentinamente sin dejar rastro. En su lugar había una ola mágica agresiva y todos sintieron su poderosa fuerza al ponerse frente a la luz.
La miraron con los ojos muy abiertos y estupefactos, luchando por abrir la boca, sólo para descubrir que habían perdido la capacidad de hablar...
Los 10 Guardianes de la Mala Suerte que Moke había inscrito personalmente fueron alteradas por otra persona en un instante. Sin embargo, Moke no se sintió insultado ni enojado por ello; en cambio, sintió una profunda sensación de desesperanza y conmoción...
Esto era imposible...
Una alucinación, ¡tenía que ser una alucinación!