—¡Suéltame!—gritó Mason mientras luchaba furiosamente.
Sin embargo, ¿cómo podría superar al Maestro de Herreros todo poderoso en fuerza física? Lin Li había acumulado su fuerza a lo largo de años de martillea metales. Ni un Guerrero habría escapado del alcance de Lin Li, mucho menos un mago como Mason.
—Olvídalo, hermano Mason. Tú...—cuando Lin Li quisopersuadirlo, sus pensamientos se vieron interrumpidos por un grupo de hombres vestidos con túnicas negras que entraban en la sala del Gremio desde la distancia. Había alrededor de diez personas en ese grupo y su líder, un hombre digno de unos cuarenta años, llevaba un bastón mágico en la mano.
Este hombre me resulta familiar... pensó Lin Li, aunque no pudo recordar dónde lo había visto.
Mientras reflexionaba sobre su identidad, el líder llegó al centro de la sala del Gremio.