Así que entonces fue por comparación.
Xia Ling se relajó un poco y dijo: —Eres demasiado amable. Pero espera, ¿Qué quería decir con "ustedes niños"? —miró a Li Lei. No parecía tener más de 24 o 25 años, incluso más joven que ella en su vida pasada.
Li Lei no sabía lo que ella estaba pensando, mientras le hacía señas al camarero para que sirviera el almuerzo.
Una fila de camareros con uniformes iguales entró, sosteniendo bandejas de madera y silenciosamente, sirvieron los platos y platos de delicateses. Xia Ling los miraba tranquilamente. La cantidad de comida, era de hecho abundante, había robalo al vapor, carne a la barbacoa, langostino frito con té Longjing, pinos de maíz, etc., todo colocado en platos de porcelana pulida y blanca. La comida parecía suculenta y el aroma era embriagador, con sólo mirarla, sintió hambre.
Él le sirvió un poco de vino con los modales impecables de un caballero. El líquido de color rosa se agitó en la copa ámbar, la fragancia del vino se esparció en el aire.
—Este es un vino de frutas que elaboramos en esta villa de montaña —comentó—. Tiene un sabor muy refrescante.
Ella tomó un sorbo y, de hecho, era un buen vino. Lo sintió un poco caliente al entrar en contacto con su paladar, y la dulzura inicial dejó un suave y sutil sabor que duró por un tiempo. En su vida pasada, había probado muchos buenos vinos con Pei Ziheng. En este momento, estaba segura de que este vino no era tan simple como lo había dicho Li Lei. Aunque se hubiera elaborado en esta villa de montaña, definitivamente había un experimentado e ilustre viticultor supervisando la operación.
Sin embargo, mantuvo la calma sin intención de alardear.
Xia Ling no pudo resistir robarle otra mirada a Li Lei, sintiéndose cada vez más impresionado por él.
El capitán del barco, hábilmente, remaba con los remos de bambú en sus manos, y el barco de madera atravesó el río entre las verdes montañas, fluyendo con la corriente.
A lo largo del camino, Li Lei continuó, intermitentemente hablando, y, en poco tiempo, el barco de madera había recorrido muchos giros y vueltas a lo largo del tramo del río. El paisaje de las dos orillas cambió y ya no había casas o personas. Li Lei le dijo que el nombre de este río era "el río del anhelo". Fluía a través de muchos de los picos vecinos y tenía muchos giros a lo largo del camino, y que ya no estaban en la montaña inicial donde empezaron el viaje.
Peló una naranja y le dio una porción a ella, diciendo: —Come una fruta después de la comida y descansa un poco más. Estamos por llegar a otro muelle. Desde allí podremos cambiar a un teleférico para volver a la villa de montaña. Podrás ver el Lago Espejo de Jade y los gansos salvajes por el camino hacia la montaña.
Sus palabras estaban matizadas por una risa, cumpliendo bien su papel como anfitrión.
Aunque Xia Ling sintió que se trataba de una pequeña pérdida de tiempo atravesar toda la región montañosa sólo por una simple comida, la vida de prisionera, que había experimentado durante todo un año de duración, en su vida pasada, así como la vida mundana de un aprendiz, era simplemente demasiado aburrida. Por lo tanto, no pudo evitar sentirse expectante al escuchar sobre los gansos salvajes, de los cuales él hizo referencia.
Desafortunadamente, las cosas no han ido según lo planeado.
Un repentino aguacero los atrapó, moviendo el barco de arriba a abajo. Li Lei usó ambos brazos para proteger la herida en su abdomen mientras ordenaba al capitán del barco: —Lao Chen, busque rápidamente un lugar cerca para protegernos de la lluvia.
El capitán del barco respondió en voz alta, y luego comenzó a remar rápidamente. El pequeño bote de madera retomó velocidad, mientras lo guiaba constantemente a través de los numerosos giros que conocía tan bien. Llegaron a un lugar frente a una cueva aislada.
Li Lei saltó a tierra y extendió su brazo para ayudar a Xia Ling a salir.
Esta vez, Xia Ling no declinó la propuesta, principalmente porque la herida, parcialmente recuperada, en su hombro le estaba doliendo por haberse mojado con la lluvia. Apenas podía levantar el brazo para equilibrarse. Li Lei medio arrastrándose, la cargó hasta la orilla. Se veía desaliñado y permaneció tambaleante, mientras la abrazaba con su abrazo en un rápido movimiento.
El pecho de Li Lei era robusto como si estuviera hecho de metal, y su nariz dolió al chocar contra él por el movimiento repentino. Xia Ling entró en pánico momentáneamente y luchó por mantenerse firme. Él la soltó de su abrazo y la miró burlonamente. Dijo: —El suelo está resbaladizo por el fuerte aguacero. No es el momento para que finjas que no necesitas ayuda.
Se cubrió la nariz con vergüenza, sin decir una palabra.
Ella no sabía si era su imaginación, pero sintió que sus palabras tenían un significado mucho mayor de lo que parecían en la superficie. ¿Podría ser que guardaba rencor por su rechazo inicial?
Sin embargo, fue sólo un momento después que se volteó y caminó dentro de la cueva, dejándola atrás. Sus pasos eran constantes, y nadie sería capaz de decir que todavía estaba recuperándose de una lesión. Xia Ling miró en estado de shock. Su herida de arma era, definitivamente, más seria que su lesión en el hombro. ¿Su hombro seguía doliendo mucho, pero ya estaba completamente sanado?
En este momento, el capitán del barco también llegó a tierra después de anclar el barco de madera. Viendo Xia Ling de pie fuera de la cueva, amablemente dijo: —Señorita, usted también debe entrar dentro de la cueva. El viento en la entrada es frío, por lo que fácilmente puede resfriarse. Yo estaré bien aquí solo haciendo guardia de pie.
Xia Ling asintió con la cabeza y siguió en la dirección que Li Lei había tomado.
La cueva no era profunda y tenía la forma de un semi-círculo. Cuando viró para proseguir hacia adentro a buscar a Li Lei, ya no podía ver al capitán del barco en la entrada. Li Lei ya se había quitado la camisa, revelando su cuerpo superior desnudo, sus músculos proporcionados y bien tonificados. Notó que había gasa envuelta alrededor de su cintura y algo de sangre se filtraba. Claramente, su herida no se había recuperado por completo.
Ella no podría haber sabido, por la forma en que él había actuado antes, que había algo que no estaba bien.
Además, podía ver innumerables cicatrices viejas entrecruzarse en su cuerpo, en todas las formas y tamaños. Muchas eran aterradoras, una abarcaba desde su hombro izquierdo hasta la parte derecha de su cintura, como si alguien hubiera tratado de cortarlo por la mitad. ¿No pudo evitar preguntarse qué le sucedió para tener cicatrices como estas?
Ella seguía caminando hacia adelante mientras reflexionaba, sus pasos eran ligeros, para nada obvios con el aullido del viento y la lluvia. Sin embargo, cuando se acercó a Li Lei, él levantó la cabeza en alerta, el verde profundo de sus ojos estaba lleno de frialdad.
Xia Ling sintió que su corazón se contraría de temor. Era como si una mano invisible la estranguló en el momento en que él la miró, haciéndola congelar. Había una sensación de frío témpano en el ambiente. ¿Era esto... el instinto de un asesino?
En una fracción de segundo, su mirada de asesino, fue reemplazada por su habitual sonrisa perezosa. Él dijo: —Oh, Te Xingling, eres tú. Quítate la ropa y ven a sentarte junto al fuego. Es fácil enfermarse con este clima.
Respiró hondo. ¿Quién más creía él que podría aparecer?
Mientras trataba de apaciguar a su corazón que latía fuertemente, Xia Ling pensó que había visto a Li Lei dos veces y en ambas ocasiones le había dado un gran susto. Ella no se sentía segura con él, un errante asociado con el bajo mundo, por lo que sería mejor mantenerse lejos de él en el futuro.
Ella se acercó cuidadosamente y se sentó frente a él, lo más lejos posible.
De alguna manera había encontrado leña y estaba iniciando una fogata. La confianza que mostraba, claramente sugería que sabía lo que estaba haciendo. Mientras trabajaba, dijo: —El clima en las montañas es difícil de predecir. Lao Chen y su tripulación han estado aquí por mucho tiempo, por lo que conocen todos los lugares para protegerse de la lluvia. Esta cueva ya ha sido explorada antes. Es segura, no te preocupes.
No tenía nada de qué preocuparse. Tan Ying había mencionado que no habían bestias salvajes en las montañas cercanas el primer día de grabación. Además, desde la lesión de Li Lei, escuchó al cuidador que se había intensificado la seguridad en las montañas. En la ruta que tomaron con el barco de madera, había innumerables guardaespaldas alrededor, algunos visibles, otros no.
Él era el que estaba preocupado. La agresividad en su mirada hacia solo unos minutos fue demasiado obvia.
El calor se levantó del destello de la llama naranja-roja que Li Lei comenzó. Ella alzó sus manos para calentarlas cerca del fuego, y luego preguntó curiosamente: —¿Dónde encontraste esta leña?
—La preparamos durante todo el año en estas cuevas, en caso de que alguien la necesite urgentemente mientras está atrapado aquí solo. —Li Lei respondió y continuó diciendo: —Cuando volvamos más tarde, Lao Chen reemplazará la leña. Oh, también hay algo de comida seca... — Movió su barbilla hacia una pila de galletas secas en una esquina de la cueva.
Como acababan de almorzar, no tenían hambre, ninguno de los dos tocó las galletas.
Li Lei estrechó los ojos y la miró calentando sus manos en el fuego, la oscuridad entró en sus ojos.
Notó el cambio y bajó la cabeza para mirarse a sí misma. En este momento, notó que su largo vestido y cárdigan, empapados por la lluvia, se aferraban estrechamente a su cuerpo, las curvas y los músculos debajo de su falda se apreciaban claramente a través del tejido húmedo. Rápidamente, envolvió su pecho con ambos brazos.