—Si firmamos la petición ¿significa que apoyamos a Ye Xingling y no a Xia Yu? —dudó su novio.
—Argh, ¡olvida los detalles! —la chica estaba irritándose—. ¿Quieres quedarte escuchando la canción de Xia Yu, que no es para nada buena, o quieres venir conmigo a ver la gran revelación?
—¡Claro que quiero ir contigo a ver la gran revelación! —su novio ya no tenía dudas.
Así, ambos salieron del estadio.
Al igual que ellos, muchos del público se sintieron atraídos por las emocionantes noticias y tenían más interés por salir a ver cómo Ye Xingling se deshacía de las acusaciones contra ella en lugar de quedarse escuchando la canción de Xia Yu. Muy pronto, el estadio, que al principio estaba lleno, estaba vaciándose.
Los lightsticks cada vez eran más débiles y la gente cada vez menos...