La llevó al jardín de una tranquila y serena mansión en las afueras de la ciudad.
Era una noche de primavera, las flores y los árboles reflejaban suavemente el brillo plateado de la luna, mientras el canto de los grillos irrumpía cual canción. Le llamó la atención el exquisito diseño que engalanaba de entrada, se podía leer: El Jardín Gu. La caligrafía era antigua y el trazo denotaba vigor, lo cual reflejaba las habilidades excepcionales del calígrafo.
¿Dónde estamos? Parpadeó y preguntó.
Una figura que llevaba una chaqueta negra tradicional china, emergió caminando por el suelo empedrado desde las profundidades de Jardín Gu, sosteniendo una sencilla linterna antes de que Li Lei pudiera decir algo. A medida que la figura se acercaba, Xia Ling lo pudo ver claramente y se dio cuenta de que era un refinado hombre de mediana edad, con cabello blanco. El hombre usaba unos lentes, cuya montura era mitad cuerno y mitad metal plateado.