Li Lei ni siquiera abrió los ojos mientras dijo: —Ah Wei, no ha comido nada en todo el día.
Al otro lado de la línea, Wei Shaoyin enmudeció por un momento antes de preguntar dubitativo: —Jefe, ¿de verdad está bien Xiao Ling?
—¿Qué podría estar mal? Acaba de despertar y está un poco débil. Estaba a punto de llevarla a cenar —respondió Li Lei, calmadamente.
Wei Shaoyin no sonaba convencido le preguntó varias veces más si Xia Ling estaba bien. Incluso le ordenó que la cuidara. Al escucharlo desde el lado, Xia Ling sudó frío por él.
¡Ah Wei, el Jefe Li es tu jefe, hombre! —pensó.
¿Cómo puede ordenarle de una forma tan prepotente a su jefe que cuide a una artista de tan bajo nivel? Es un milagro que no lo hayan despedido en todos estos años.
Además de estar impactada, Xia Ling se sintió muy agradecida por su preocupación.