La puerta del dormitorio estaba abierta. Lo primero que vio no fue una cama sino un gran espacio vacío. El piso estaba cubierto de gruesas alfombras, y había un aroma a flores secas en el aire. Una larga pantalla separaba la habitación. Li Lei empujó a Xia Ling hacia la parte posterior de la pantalla y vio dos puertas.
Li Lei señaló una de las puertas y dijo: —Esta es la habitación de Su Tang —Luego señaló la otra puerta—. Esta habitación es mía.
Empujó la puerta para revelar su verdadera habitación. En el medio, había una gran cama de satén negro. No había elementos decorativos excesivos, excepto imágenes de diferentes tamaños en la pared. Algunas de ellas eran recortes de periódicos, algunas de ellas eran fotos publicitarias, y algunas de ellos eran fotos sinceras tomadas en secreto.
Cada foto era de Xia Ling.
