Xia Ling entendió lo que quería decir. De repente, el pecho de Xia Ling se apretó y miró a Li Lei inconscientemente. Inesperadamente, sus ojos se encontraron con sus ojos profundos y tranquilos. Bajo la sombra de los árboles, su expresión era misteriosa. Parecía que quería decir algo pero dudó. El niño no tenía los sentimientos de amor y pérdida. Saltó para jugar con los otros niños.
Xia Ling se dio la vuelta y estaba a punto de irse, pero Li Lei la detuvo. —Xiao Ling, no espero que me perdones tan pronto, pero ¿puedes darme otra oportunidad para perseguirte y compensar lo que he hecho?
¿Compensar?
Con Su Tang allí, nunca sería posible. De repente, sintió una ola de tristeza. Oh, Li Lei, todavía no entiendes. ¿Sabes lo que una mujer realmente quiere? ¿Dinero? ¿Poder? Estas cosas en realidad no eran importantes. Lo único importante era tener a alguien dispuesto a quedarse a su lado para siempre. Este era el lujo más simple del mundo.