En realidad era una pistola de juguete. Era muy similar a un arma real, con una carcasa metálica y algo de peso. Xia Ling no esperaba que Li Lei le diera esto al niño. En su impresión, este no era un juguete que un niño puro e ingenuo debería poseer o jugar. Tal vez esto no era un gran problema para las tríadas negras, pero no había forma de que ella quisiera que Shaohui tuviera algo que ver con una herramienta fría y despiadada como esta.
Shaohui tocó con el juguete por curiosidad.
Xia Ling le dio una palmada en la mano. —No lo toques.
Shaohui nunca la había visto tan feroz y la miró con inocencia y confusión. Xia Ling suspiró y bajó el tono. —No es divertido jugar con este juguete. Te conseguiré algo más, ¿de acuerdo?