Xia Ling se detuvo a medio paso. Su manager, guardaespaldas y asistente que la rodeaban se detuvieron junto a ella. Ese hombre pareció sentir su presencia y giró la cabeza para mirarlos, con los ojos hundidos en ella.
—Xiao Ling. —Su voz era ligeramente ronca.
Xia Ling no quería encontrarse con él cara a cara. Ella bajó la cabeza y apresuradamente trató de caminar junto a él. Sin embargo, él la agarró del brazo.
—¡¿Que estás tratando de hacer?! —Ella lo miró enojada.
Li Lei dijo: —Tenemos que hablar.
—No tenemos nada de qué hablar. —Ella hizo todo lo posible para presionar el fuego que se alzaba dentro de ella. Deberían haber aclarado todos sus malentendidos hace 4 años. Como no la atesoraba entonces, ¿por qué debería perdonarlo ahora?
Lo que había pasado, había pasado.
Sus guardaespaldas se adelantaron y restringieron a Li Lei de ambos lados. —Señor, por favor no toque a la señorita Ye.