Ahora que lo mencionó, todos lo recordaron. El hermoso maquillaje de Nangong Qingya no pudo ocultar la angustia en su rostro.
—No, ¿cómo podrían ser 10 mil millones? ¡Debe haber algo mal con el sistema!
Mientras tanto, Xia Ling permaneció tranquila mientras recordaba lo que hermano le había dicho antes, que incluso una familia tan rica y poderosa como los Peis y los Lis probablemente no podrían pagar su dote. 30 mil millones de dólares no era una exageración en absoluto. Miró a Nangong Qingya con una sonrisa y dijo: —Si no me crees, puedes seguirme al banco y verificarlo. Pero si pierdes la apuesta, seguiremos las reglas y tendrás para pagar tres veces la cantidad.