Ella nunca supo que él hizo esto por ella. Era la conmemoración más perfecta de ella después de su muerte. Inconscientemente, las lágrimas llenaron sus ojos. Feng Kun le entregó un pañuelo.
—Originalmente, no quería dejarte escucharlo porque temía que estuvieras triste. Al final, aún lloraste.
Se ahogó entre sollozos. —Ah Kun, gracias.
Le palmeó ligeramente los hombros como un hermano.
Xia Ling preguntó: —¿Por qué de repente me dejaste escuchar esto?
—Este disco se llama "Obras maestras".
Ella lo miró confundida. Sus ojos eran tranquilos y profundos. —Xia Ling, si tuvieras que cantar las canciones de Xia Ling ahora, ¿aún podrías transmitir las emociones originales?