Li Feng fulminó al niño con la mirada. El viejo señor Li frunció el ceño al ver eso, ¿cuándo se volvió este niño tan feroz?
—¿Por qué entraste a su cuarto cuando no había nadie allí?
El viejo señor Li sonaba más áspero ahora, como si estuviera interrogando a un sospechoso.
—¿Dejaste las ventanas y la puerta abierta para que Xiao Lei se enfermara?
—Xiao Feng, solo admítelo —aconsejó uno de los ancianos—. Todos sabemos que estás celoso de Xiao Lei, ¿es por qué le damos más regalos? Es mucho más joven que tú, y además es tu hermano biológico. Deberías ser más bueno con él, ¿por qué eres tan calculador? Vamos, no molestes más a tu abuelo. Admite tu error y promete no volverlo a hacer nunca más.
—Exacto —concordaron muchos—. ¿Cómo puedes ser tan calculador a tan corta edad? Planeaste herir a Xiao Lei.