Feng Kun finalmente llegó al punto principal.
Mientras que Xia Ling todavía sentía que la habían ofendido, debía admitir que ese desgraciado gerente hizo bien su trabajo. Utilizó su formidable reputación de Diva para ayudar a la novata a ganar popularidad. Fue solo porque ella, Xia Ling, era popular más allá de lo imposible que fue capaz de soportar la presión y el desafío que esa novata representaba. Si se tratara de cualquier otra estrella, tal vez ya hubieran sido arrancada del pedestal.
Se sintió molesta, miró a Feng Kun y le pregunto: —¡No me digas que el manager que estás recomendándome es él!