Xia Ling estaba pálida mirando la pintura al óleo rota en el suelo.
No escuchó la voz a través del teléfono, así que preguntó en voz baja: —¿Quién fue?
Li Lei se quedó en silencio por un rato antes de responder: —Fue mi hermano. No te preocupes, Xiao Ling. Aumentaré la protección para asegurar tu seguridad. También te llevaré personalmente a donde tengas que ir. Es probable que mi hermano no tenga intención de herirte y solo quiera asustarte.
¿Asustarme? De verdad era aterrador.
La expresión suave y cautivadora de Li Feng apareció en la mente de Xia Ling como una serpiente colorida.
Li Lei intentó consolarla con palabras, pero por dentro estaba preocupado. Su hermano demoniaco actuaba muy irracionalmente y quién sabía qué haría ahora. Es posible que solo intentara asustarla, pero también era posible que... No había matado a solo una o dos personas. Asesinar a Xiao Ling no sería una adición importante a su lista.