Xia Yu se sentía sumamente mal.
No pensó que siete de sus compañeros serían unos inútiles que no podían vencer a Xia Ling. Esa mujer irritante seguía con la cabeza en alto sobre el escenario de forma serena y tranquila. No había una gota de sudor sobre su brillante y suave piel. ¿¡Cómo era posible!? Se supone que cantar era una tarea muy laboriosa. ¿¡Cómo podía hacerlo con tanta habilidad y facilidad!?
¡Debe estar fingiendo!
Xia Yu se tranquilizó, apretó los puños y puso su sonrisa más perfecta mientras subía al escenario.
Era la segunda vez que Xia Ling la veía después de renacer. Se preguntó que trucos tenía bajo la manga al ver a su malvada hermana de nuevo.
—Ye Xingling, qué tal si escoger la canción —dijo con delicadeza Xia Yu. Su expresión dio una impresión favorable de ella a mucha gente.