—Yo... —se apoyó sobre el respaldar de la cama y se abrazó de sus piernas.
Li Lei se sentó en el borde de la cama y suavemente le preguntó: —Tuviste una pesadilla?
Xia Ling titubeó antes de mover su cabeza afirmativamente.
—¿Que soñaste? —preguntóél.
Xia Ling no respondió pero se sujetó más fuertemente a sus rodillas.
El desconcierto invadió la mente de Li Lei. Este era uno de esos extraños momentos cuando sentía que Xiao Ling estaba muy distante, era como si ella fuese a desaparecer como un burbuja en el próximo segundo.
No le gustaba este sentimiento.
Sin embargo, comprendió que habían ciertas cosas que no podía forzar. Si ella no estaba dispuesta a decírselo, él no podía entrometerse.