Se escuchaban sonidos difusos desde los alrededores y parecía haber ocurrido algún tipo de escándalo. Sin embargo, Xia Ling no podía prestar atención.
Ya estaba profundamente absorta en el papel. En esta danza hermosa, era la mejor bailarina y asesina. Se encontraba en ese pueblo inocente por una razón: cometer un asesinato.
Entre más giraba, más ansiosa se ponía y el deseo de su corazón crecía cada vez más. Miró al emperador en el trono de dragón. Sus ojos estaban embriagados y su garganta era frágil... Casi podía ver la hermosa escena que sería la punta de su espada hundiéndose en su garganta.
El sabor de la victoria...
Su corazón estaba saltando y su corta espada vibrando. Mientras seguía bailando, su entusiasmo quemaba.
Sintió que la peonía en su boca se destrozaba. Los pétalos se esparcieron por todos lados y rozaron su rostro y la punta de su espada.