Ella sabía quién era esa persona sin tener que voltear. Su voz a menudo aparecía en sus pesadillas, y no podía superarlo.
Li Lei se volteó y se dio cuenta de quién se trataba y dijo: —¿Señor Pei, desea agregar algo más?
Xia Ling no tuvo más alternativa que voltear. Esta era la primera vez que veía a Pei Ziheng tan de cerca desde la vez que la raptó y drogó. Bajo el radiante cristal del candelabro su mandíbula se veía tan afilada como un cuchillo. Bello y lleno de dignidad, dio unos cuantos pasos y la miró, pero ella sintió una inmensa presión y...
Temor.
Ella tenía un profundo instinto de temor hacia él. Su cuerpo se puso un poco tenso y la arrogancia e indiferencia de hacía sólo un rato cuando manejó la situación con el Padre y la hija de la familia Gu, inmediatamente desaparecieron. En este momento su cuerpo estaba rígido debido a la presión que sentía.
Li Lei sintió que algo le pasaba así que dio un paso al frente para protegerla.