Xia Ling se detuvo.
¿Entonces esa joven conoce a Li Lei? Ella no sabía de qué manera estaban relacionados, pero parecían cercanos.
La mirada de Xia Ling se posó en la mano de ella que sujetaba el antebrazo de Li Lei. Entrecerró los ojos un poco. Muy bien, ahora que era su novia oficial ¿Que iba a hacer?
Casualmente tomó una copa de vino de uno de los mesoneros y caminó elegantemente hacia ellos.
—Hermano Lei, ¿cuándo vendrás a mi casa? Las lilas que me diste ya florecieron y busqué a alguien que construyera un pabellón en mi jardín. Cuando vengas a casa podremos tomar té juntos ahí—la joven miraba a Li Lei con admiración desbordada y se pegaba tanto que incluso sus pechos presionaban con él.
Incluso un tonto podía darse cuenta que ella estaba interesada en Li Lei, y aún así Li Lei no intentó distanciarse de ella.