Nan Sheng quería huir, pero sus piernas estaban tan débiles que no podía dar ni un solo paso.
Sólo podía rogar con amargura: —Caballero... sé que me equivoqué. Me quiero disculpar con usted, así que le ruego, por favor tenga piedad. Soy Nan Sheng de la Familia Nan de la Ciudad del sur. Le puedo dar dinero, la cantidad que quiera...
—¿La familia Nan de la Ciudad del sur? —Li Lei sonrió.
—Sí, sí, sí—Nan Sheng pensó que su vida estaba a salvo. Definitivamente lo dejaría ir para evitar un conflicto con la Familia Nan debido a su estatus.
No obstante, no esperaba que Li Lei sólo levantaría la vista y respondería con tranquilidad: —Muertos
No muy lejos, se escuchó un ruido proveniente de una de las personas que los guardaespaldas tenían rodeadas apuntando armas.
Mu... ¿muertos?