Xia Ling arrugó la frente al detectar el sarcasmo en sus palabras. Estuvo a punto de contraatacar ese argumento, pero decidió no hacerlo mientras miraba a la Gran Abuela Ye. Era cierto que su temperamento nunca había sido muy bueno. Pero cuando estaba al lado de gente que le importaba siempre era tolerante.
Continúo sonriendo y dijo: —Abuela, le traje una prenda de vestir.
Le entregó la hermosa caja a la Gran Abuela Ye.
La Gran Abuela Ye lo recibió y tocó por todos los lados, sonriendo aún más tiernamente. —Buena niña, es suficiente que hayas vuelto, ¿Por qué te pusiste a gastar dinero? Una pequeña como tú, tratando de hacerse un nombre, es muy duro, debes ahorrar todo lo que ganas, ¿comprendes? No gastes en cosas innecesarias.