Pei Ziheng frunció el ceño ligeramente. "¿Cuántas veces quieres que lo diga? No te abandonaré".
Bajó un poco la cabeza y sintió que no debería ser así. ¿Por qué siempre cuestionaba su sinceridad? Pero la felicidad había llegado demasiado de repente y todavía pensaba que todo era un gran sueño hermoso.
¿Era ella digna de todo esto?
¿Cómo podría no sufrir ninguna pérdida?
Sus pensamientos eran complejos mientras tomaba su mano y subía al auto. Lo escuchó instruir al conductor con una voz cálida. "Notifique al secretario Li que posponga la reunión de esta tarde. Primero vaya al antiguo taller de plata".
El antiguo taller de plata era la mejor tienda de plata en S City.
Bajaron del auto y entraron. Pei Ziheng eligió un brazalete de plata muy minimalista y se lo puso para probarlo. Le dijo al empleado: "Grabe las iniciales de nuestro apellido en el interior, así como las cuatro palabras 'Nunca se dejen unos a otros'".
Se hizo en el acto.
