—Pero no estamos bromeando contigo —dijo Xinghe y se quitó la máscara para revelar una sonrisa escalofriante. Ali y los demás hicieron lo mismo y lo miraron con aparente hostilidad.
Deqing se sentó de la ansiedad y los miró con cautela.
—¿Qué están haciendo? Yo soy el director de este lugar, incluso el Joven Amo no se atreve a levantar un dedo contra mí, si alguno de ustedes se atreve a mostrarme falta de respeto, el Joven Amo definitivamente...
—Definitivamente no se enterará —dijo Xinghe fríamente—. Huang Deqing, nadie sabrá lo que te ocurrirá aquí esta noche.
—¿Qué quieres decir...? —preguntó Deqing sin poder evitar exponer su miedo.
—Eso significa que vamos a quitarte la vida —dijo Xinghe mirándolo fijamente y prácticamente escupió sus palabras. Deqing abrió los ojos de par en par por el impacto. Antes de que pudiese reaccionar, Sam lo agarró y lo tiró de la cama.