En otras palabras, ¡todo lo que se podía encontrar de él fue descubierto!
Hasta sus registros telefónicos con He Lan Chang fueron desenterrados. Incluso la policía necesitaba mucho tiempo para acumular tanta información como la que ella logró descubrir y sin embargo necesitó tan poco tiempo.
He Bin se quedó aturdido sin palabras. Miró a Xinghe con la boca abierta como si estuviese mirando a un monstruo.
Xinghe lo notó y le preguntó en respuesta: —¿Sabes por qué pude descubrir tantas cosas sobre ti tan rápido?
¿No es porque eres aterradoramente buena con las computadoras?
—Todo esto lo tomé de la agencia de inteligencia del País R. Sólo quería probar mi suerte ahí, pero toda tu información estaba esperando ahí para que yo la tomase.
—¡Eso es imposible! —contraatacó de forma inconsciente He Bin. La agencia de inteligencia del País R sólo monitoreaba a individuos peligrosos o importantes. ¿Por qué vigilarían a alguien tan insignificante como él?
