El hecho de que fueran lo suficientemente despiadados como para incinerar a una niña viva hacía que escalofríos corrieran por las columnas de todos. Si no fuese por la pista anónima, el final de la niña habría sido indescriptiblemente tortuoso. ¡Pensar en eso hacía que el grupo de Ali anhelara romperle el cuello a toda la familia He Lan!
Xinghe compartía su rabia, pero entendía la importancia de mantener la cabeza fría.
—Aún no hay forma de destruirlos —contestó Xinghe fríamente—. Esto puede traerles algunos problemas, pero tendrán muchas maneras de lidiar con ello. No es suficiente para destruirlos.
—Entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Dejar que continúen con estas atrocidades? ¿Quién sabe a cuántos niños inocentes seguirán matando? De hecho, ¡tal vez esos cuerpos de niños que han cremado no eran cuerpos sino niños vivos! —dijo Ali en un tono que supuraba odio. Encendió el odio en los corazones de todos.
