Pensó que podría proteger a Xinghe manteniendo su postura más bien neutral, pero al final, estaba en el mismo bote que ella. ¿Qué tan lento soy?
Xinghe asintió.
—Ella está tras nosotros dos. Ella conoce tu relación con la familia Xi y ahora me has contratado como tu asistente, así es que no importa si puedes curar al presidente o no, ellos serán cautelosos contigo. Para evitar que ocurran accidentes, la mejor solución es ahuyentarnos a ti y a mí.
—Por eso Lin Qian ha estado difundiendo rumores de que eres el Señor Nan Gua y por eso nos presiona.... —dijo Lu Qi finalmente poniéndose al día con la situación.
—Así es —dijo Xinghe mientras sus ojos brillaban—. Pero eso está bien, no importa el tipo de trucos que hagan, no funcionará.
—¿Has encontrado una solución?
—No hay necesidad de una —sonrió Xinghe—, después de todo, un pie recto no le teme a un zapato torcido.
Lu Qi suspiró aliviado.
