—¿De verdad crees que voy a escucharte a ti? —regañó Munan.
—En otras palabras, ¿prefieres morir antes que admitir la verdad? —dijo Lin Yun con su sonrisa desapareciendo lentamente.
Munan se encogió de hombros sin decir palabra, consiguiendo una risa sarcástica de Saohuang.
—Xi Munan, somos casi iguales y tu comienzo fue aún más auspicioso que el mío, pero ahora eres un prisionero y yo me haré cargo de la Unidad del Dragón Volador. ¿No crees que ya has tenido suficientes fracasos? Por lo tanto, no seas obstinado, o sólo habrá más humillación y fracaso esperándote.
—Escuchar la porquería que sale de sus dos bocas ya es mi mayor fracaso y humillación; no puede empeorar más que esto —dijo Munan directamente.
Saohuang sonrió pero sus ojos estaban fríos. Lin Yun también sonrió un poco.
—Parece que no estás dispuesto a cooperar.
—¿No es eso un hecho? —dijo Munan encogiéndose de hombros con burla.
