Sin embargo, su tono se hizo más frío.
—Xi Munan, dinos honestamente, ¿dónde está Xia Xinghe?
Esta pregunta la habían hecho muchas veces. Al principio Munan decía que no lo sabía, pero después de tantas repeticiones, simplemente se negaba a contestar. Lin Yun sabía que no iba a cooperar, pero ella no se enojó. En vez de eso, pacientemente preguntó—: Tú y Xia Xinghe están involucrados en el robo y la especulación de municiones militares ilegales, ¿estoy en lo cierto?
Munan permaneció en silencio. Sólo respondió con una burla.
La sonrisa profesional aún estaba pegada en la cara de Lin Yun.
—Ayudaste a propósito a Xia Xinghe a escapar de este país porque tenías miedo de que te traicionara, ¿no es cierto?
—…