Xinghe no lo alejó esta vez. Mubai se dio cuenta de que no se enojó y que no podía evitar ir por otro beso. Esta vez fue más profundo y apasionado...
El avión voló hacia las nubes. La luz del sol se filtraba a través de la ventana, brillando sobre la pareja que se besaba y creando una imagen de ensueño....
Mubai pensó que este era el mejor beso que había tenido desde que nació. Sin embargo, tendría que trabajar duro para asegurarse de que no fuese el último.
Abrazó a Xinghe y su sonrisa era más brillante que el sol. Él creía que eventualmente alcanzarían la dicha eterna.
También sabía que el camino hacia esa meta sería duro y traicionero, pero sabía que mientras trabajaran juntos, nada podría interponerse en su camino.
…
Mientras Mubai y Xinghe volvían apresuradamente, la familia Xi se enfrentaba a un dilema gigantesco. Desde que Xinghe había escapado del país, la familia Xi había estado bajo mucha presión.