Xinghe lo estudió muy de cerca para entender estos nuevos cambios observables en su mente. En ese momento, el hombre dormido repentinamente abrió los ojos. Xinghe se sorprendió una vez más al estar mirando repentinamente en sus más bien confundidos pero profundos ojos. Sin embargo, la incomodidad no duró mucho, ella se alejó de él y le dijo: —Por fin estás despierto. Bien, tengo algo que discutir contigo...
Antes de que Xinghe pudiese terminar, vio la guapa cara de Mubai acercándose a ella. Iba a.... ¡besarla!
Mientras el toque suave y familiar cayó en sus labios, una descarga de electricidad atravesó su cuerpo, friendo su cerebro en el proceso. Aparte de la apertura de sus ojos, todo en el cuerpo de Xinghe se había apagado. Por supuesto, ella sabía lo que estaba pasando, pero por alguna razón, su habitual cerebro astuto, parecía haber entrado en un estado de inactividad. Sintió los dientes de Mubai en sus labios y su aliento caliente en su cara....