Xinghe estaba sorprendida de que él prometiera tal cosa.
"Dime si necesitas ayuda y haré todo lo que pueda para ayudarte".
Esa fue una promesa seria que Mubai hizo.
Xinghe se volvió hacia la computadora y respondió: —En ese caso, haré todo lo que esté en mi mano para ayudar a tu familia. Estoy segura de que, con nuestra cooperación, podremos superar esta situación.
—¡Suena genial! —dijo Mubai con una sonrisa ganadora. Estaba muy contento porque se dio cuenta de que Xinghe estaba cuidando de él. Había sido un trabajo duro llegar a esta etapa. Por fin había un pequeño espacio para él en su corazón...
Entonces pensó en el repentino beso que compartieron. Cuando ocurrió, su respuesta no fue repugnancia, sino sorpresa. Si Xinghe lo odiara como su acosador, sabía que ella lo habría abofeteado o algo peor.