Cerca de diez guardias registraron el edificio del hospital, sin dejar piedra sin levantar.
Eventualmente encontraron algo curioso en el baño de mujeres del segundo piso. Una cuerda que estaba hecha de tiras de toallas estaba amarrada a la baranda de la ventana. Usándola, uno podía bajar al piso de abajo.
Los guardias se pararon en la ventana y cuando levantaron los ojos hacia el sol naciente, pudieron incluso ver una figura cojeando que salía corriendo del recinto del hospital.
¡Maldición, se escapó!
—Atención, el objetivo dejó el edificio. ¡Se dirige hacia la reja del hospital, reagrúpense y persigan!— Ordenó uno de los guardias a través de su radio transmisor.
El grupo de guardias rápidamente se reagrupó y corrió para atrapar a Xinghe.