El proceso de pensamiento de Ruobing era tan lineal que incluso los tres profesores podían leerlo. El poco respeto que aún tenían por ella se desintegró.
Aquellos que podían observar la situación con visión clara, sabían quién estaba mal allí. Finalmente, se dieron cuenta de quién era realmente la que cargaba el pecado del orgullo.
Sin embargo, a Ruobing no le interesaban sus opiniones.
¡Su única meta era ahuyentar a Xinghe!
En cualquier caso, ella no podía permitirse perder ese día, porque su posición en el laboratorio estaba en riesgo.
Tenía que forzar a Xinghe a aceptar más desafíos.
Eso fue más fácil de lo que esperaba, porque Xinghe puso cero resistencia a su plan.
—Ya que hay dudas, entonces, recibo de buena manera más pruebas. Sin embargo, si paso la prueba personalmente descrita por la Líder Yun, ¡considérate expulsada de este laboratorio de por vida!
Ruobing estaba aturdida...
Xinghe la miró enfáticamente.