Corea.
¡La propagación del virus se intensificó!
El Panda Quemando Incienso ya había hecho su camino alrededor de toda Corea. Ordenadores personales, ordenadores de empresa, ordenadores del gobierno, ¡ninguno de ellos pudo escapar porque el virus irradiaba continuamente!
En el Internet coreano, nadie prestaba más atención a la guerra de hackers o a Lee Anson. ¡Sólo hubo voces de condena!
—¡Yo también estoy infectado!
—¡Esto es tan deprimente! ¡Tengo que reinstalar todo de nuevo! ¡Se ha ido todo!
—¡Que me jodan! Reinstalé mi sistema hace sólo 10 minutos, ¡pero me infecté con el Panda Quemando Incienso cuando me conecté de nuevo! ¿Qué demonios pasa con este virus?
—¡Esos hackers chinos son unos cabrones!
—¡Esto es ir demasiado lejos!
—¡Esto es exasperante! ¡Mi pobre computadora!
—¿Cuántas personas han sido infectadas hasta ahora?
—No hay informes del gobierno, ¡pero he oído que ya hay decenas de miles!