Beijing.
Sede de la Compañía Cerebro de Oro.
Wu Mo se sentó en su oficina, deprimido. En la pantalla se veían todo tipo de insultos en el anuncio por el que habían pagado un ojo de la cara. Lo hojeó de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Le sorprendió que no se viera ni un solo mensaje o comentario de alabanza. ¡Ni uno solo! ¡Su corazón tocó fondo!
«¡Mi compañía está acabada!»
¡Iba a quebrar por completo!
Los suplementos para la salud no eran fácilmente aprobados. Wu Mo había empezado desde cero, pasando mucho tiempo intentando conseguir el derecho a vender el producto, pero hoy, todo había llegado a su fin. Perdió su última esperanza en la última apuesta que hizo. ¡Su cara estaba pálida!
Todos en la compañía estaban de la misma manera. Todos los empleados habían visto el comercial. Al principio, no entendían el contenido del comercial, pero después de verlo, se quedaron completamente atónitos.
—Este comercial...