En el escenario.
Qian Pingfan también captó las reacciones del público.
¡Todos estaban dudando!
¡Estaban todos decepcionados!
¡Casi nadie tenía esperanzas en él!
En tal atmósfera, Qian Pingfan se había calmado de alguna manera. Respiró profundamente y calmó su mente. La ansiedad que tenía ya no era tan pesada como antes. Era sólo un reparador de bicicletas al que nunca le gustaba aparecer en el centro de atención o llamar la atención porque eso sería demasiado estresante. Tenía miedo de decepcionar a todos los que tenían esperanzas y confiaban en él. Pero ahora, la indiferencia del público le aliviaba de gran parte de este estrés.
¡No tengas miedo!
¡No tengas miedo!
¡Canta con valentía!
¡Puedes hacerlo! ¡Definitivamente puedes hacerlo!
Giró la cabeza hacia atrás y asintió ligeramente.
Al momento siguiente, una pacífica introducción comenzó a sonar.
