En casa.
Los dos no dijeron nada.
Zhang Ye se agachó y recogió la caja de libros. Colocó los libros junto a la ventana y después de tirar la caja vacía, miró al suelo. Luego tomó los tacones de aguja rojos que la Reina Celestial había pateado y caminó unos pasos para colocarlos junto a la puerta. Luego tiró un par de zapatillas hacia ella.
—¡Zapatillas! —le recordó.
—Oh...
Zhang Yuanqi puso sus pies abajo y las usó.
Zhang Ye la miró y dijo: —¿Has comido?
—Sí —contestó a medias.
—Entonces sigue leyendo. Haré algo de comida —dijo Zhang Ye.
La Reina Celestial no volteo la cabeza, continuó leyendo el libro. Era el libro de compilación de Zhang Ye.