La lluvia continuó vertiendo. Las gotitas estaban calientes, pero no les traía una sensación de calor. Lo único que sentían era el frío de su corazón.
El grupo de personas miró hacia la cueva que estaba llena de agua turbia y sucia. La cara de todos llevaba una expresión intensa de angustia. Esta podría ser su última vez viendo esa cueva. Si alguna vez regresaran aquí, sería imposible identificar la ubicación exacta bajo las millas de hielo y nieve.
El tiempo era limitado. El grupo de personas no se atrevió a demorarse y, mientras cargaban su equipaje empapado, comenzaron a apresurarse hacia su destino.
El nivel del agua en el suelo se había elevado a su región de la cadera. Por encima de ellos había una tormenta y debajo de sus pies estaba la capa de hielo resbaladiza que aseguraba que el viaje no era una tarea fácil. El grupo de hombres continuó su viaje, aunque era muy difícil y su velocidad se había reducido como si estuvieran caminando tortugas.