—¡Hu! —Luo Yuan se detuvo al ver una pila de huesos en los arbustos.
No podía decir si los huesos pertenecían a humanos o bestias mutantes de la jungla. Toda la jungla estaba llena de cadáveres y esqueletos, pero lo que atrajo la atención de Luo Yuan fue un poste de madera afilado que estaba cerca. En lugar de un poste, era más un pilar. Era tan ancho como un gran cuenco y tenía cuatro metros de largo como si dos partes rotas estuvieran juntas.
Cogió la parte más pequeña y pesaba casi 300 kilogramos.
¡Seguramente no era un arma utilizada por un humano!
Luo Yuan frunció el ceño. Aguantando el horrible hedor a carne podrida, limpió los arbustos para poder ver el esqueleto completo. Era solo el torso de un cuerpo, y las extremidades inferiores no se encontraban por ninguna parte. "Tal vez se lo comió una bestia mutante", pensó. Un gusano del tamaño de un pulgar se movía en una de las cuencas oculares.