El viaje duró más de una hora. Eran las 9 p.m. El helicóptero aterrizó en un helipuerto en el patio de la Oficina de Armas de Fuego. Mucha gente estaba allí, básicamente, todos los miembros del departamento. Incluso llegó el loco Señor Wang, pero estaba evitando el contacto visual con Luo Yuan, aparentemente asustado desde la última pelea que tuvieron.
—¡Afortunadamente, el hermano Luo fue a la misión! ¿Estás bien, Qianqian? — Li Dong le preguntó a Wu Qianru sonriendo.
—Fue el hermano Luo quien me salvó— dijo sonrojada Wu Qianru, tenía el suéter de Luo Yuan atado a su cintura.
Algunos de ellos se adelantaron para hablar con Wu Qianru, la asustaron tanto que se escondió detrás de Luo Yuan. Solo entonces se detuvieron.
—Eh, Lao Fang, ¿dónde está nuestro vice-capitán? — Finalmente, alguien notó que el vice-capitán no había regresado.
