Un paso, dos pasos. Al principio Luo Yuan se movía como una persona mayor, pero gradualmente se hacía más y más rápido, sus movimientos se hacían más firmes. Después de unos minutos, podía caminar como una persona normal otra vez, el dolor en su cuerpo disminuía rápidamente. Su cerebro, que se sentía como si hubiera sido obstruido, comenzó a aclararse. De repente, sintió que se quitaba una armadura pesada y recuperaba su libertad.
Pero no duró mucho.
Pronto, el agotamiento de su percepción sensorial lo mareó. Su cuerpo estaba separado del Pulso de la Tierra y sus emociones regresaron acompañadas de fatiga y dolor. Luo Yuan se sintió perdido.