Yale no esperaba tal oferta, pero como estaba en una región desconocida, viajar con alguien experimentado sería útil para él. Como ambas partes se beneficiarían de la cooperación, no había necesidad de dudar.
—Muy bien, colaboremos.
El comerciante sonrió después de que Yale aceptó. Ya estaba oliendo el dinero que obtendría gracias a la cooperación.
—Entonces, está arreglado. Mi nombre es Oscro. Mucho gusto.
—Soy Yale, encantado de conocerte.
No hablaron más después de presentarse porque eran socios comerciales y no amigos cercanos. Habían elegido viajar juntos porque ambos se beneficiarían de ello, nada más y nada menos.
Al amanecer, Yale siguió a Oscro a otra aldea. Oscro tenía un buen conocimiento de la geografía del área, por lo que fue bastante rápido encontrar otras aldeas.
