Kabur, Gloriana, Bashi y Lily se sorprendieron al ver a Alrein matar al Verdadero Dios que había estado a punto de matarlos a todos, pero no tenían la fuerza para hablar en ese momento, por lo que solo podían observar en silencio.
Alrein descendió a los lugares donde estaban acostados y los curó después de reunir a los cuatro en el mismo lugar. No había manera de que se fuera con esos cuatro en un estado tan lamentable.
—Deberíais estar bien ahora. Podéis buscar a algunos debiluchos para matar si queréis, pero vuestra parte en la Segunda Calamidad ha terminado, así que podéis retiraros. Tomadlo como una especie de entrenamiento extremo para templaros. Sin mi desencadenado vuestra suerte al extremo, no hubierais sobrevivido a este tipo de oponente.