Ignorando que la reencarnación de la mujer que maldijo al hombre que acaba de matar estaba en su mundo, Yale regresó al lugar donde el grupo de Lina había estado observando la batalla.
—Se acabó. Volvamos a la posada. Todavía necesito enseñarle algunas cosas a mi nuevo discípulo.
Yale no estaba feliz después del final de la batalla. Había ganado, pero esa fue una batalla que la otra parte le pidió porque quería morir, por lo que no había ningún orgullo en la victoria.
Además, su oponente se había debilitado por la maldición, por lo que estaba lejos de su punto máximo de fuerza, debido a eso incluso sin utilizar el Conocimiento Celestial, no era extraño que Yale ganara fácilmente.
Lo único bueno de esa batalla por Yale fue el aumento de su dominio de las Leyes y las Esencias, pero aún lamentaba no tener los medios para salvar al loco en lugar de simplemente ayudarlo a morir sin beneficiar a quien lo maldijo.
[Nombre: Yale (Soberano Intemporal)]
