Todos se congelaron en el lugar después de ver la transformación de Yale y escuchar sus palabras.
Si Yale solo hubiera hablado, habrían pensado que estaba presumiendo, ya que pensaron que no había manera de creer que pudiera hacerle algo al temible Dios de la Muerte, pero después de ver a Yale levitando con el pelo plateado y los ojos dorados, creyeron al instante que Yale era alguien de un poder insondable.
Además, aunque no entendían demasiado acerca de las auras, podían sentir que el aura que emanaba de Yale parecía ser lo opuesto al aura que oyeron que el Dios de la Muerte emanaba.