—Y busca venganza por toda la injusticia sufrida. Una vez que sepa que el Padre ha desarrollado la intención de matarlo, ¡sin duda iniciará el primer golpe para cogerlo desprevenido!
Los ojos de Lei Chen ardían con un malvado regocijo. Su completa confianza en Jun Xie le hizo imaginar la escena de un día en el futuro cercano, donde podría ver a ese hombre expulsado del trono.
Wen Yu sólo podía sacudir la cabeza sin ayuda. Aunque era consciente de que Jun Xie poseía habilidades muy destacadas, incluso hasta el punto de que se le consideraba un monstruo diabólico, pero... Después de todo, todavía era sólo un joven. ¿Cómo podía esperar enfrentarse al gobernante del país?