Jun Wu Xie entrecerró los ojos ligeramente. Las extrañas y peculiares acciones de Wen Yu parecían haber comenzado sólo después de ver el anillo en su mano.
Uno era el Emperador, el otro el Gran Consejero, ambos aparentemente muy preocupados por el anillo que llevaba puesto.
Pero una cosa de la que Jun Wu Xie podía estar segura era que Wen Yu no albergaba ninguna enemistad contra ella.
—¿Por qué diría esto el Gran Consejero?
Jun Wu Xie podía sentir que Wen Yu parecía estar insinuando algo, pero en ese momento, no podía pensar en una razón para ello.
Wen Yu miró la delicada carita de Jun Wu Xie. Se dio cuenta de que le gustaban ese par de ojos muy inteligentes, aunque un poco fríos y distantes, pero no parecía que pertenecieran a alguien que ocultara la malicia contra la gente.
—¿Por qué? ¿El joven amo Jun no quiere reunirse con su familia antes?
Los ojos de Jun Wu Xie se oscurecieron en ese momento.
«¿Reunirse con la familia?»